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El panorama: La OCDE ha estado trabajando durante años en una forma de gravar adecuadamente a las empresas de tecnología utilizando un conjunto estandarizado de reglas que se aplicarían en todo el mundo. Sin embargo, el lento avance en las negociaciones está llevando a países como Francia a implementar unilateralmente su propio impuesto a los servicios digitales, que tiene todos los signos de una guerra comercial escritos en él.
Varios países de Europa, incluidos Italia, Polonia, Turquía, Austria, Reino Unido y Francia, han implementado o están buscando implementar un impuesto a los servicios digitales que se aplicará a los gigantes tecnológicos que dirigen un mercado o negocio publicitario que genera más de 750 millones de euros en ingresos a nivel mundial y 25 millones de euros a nivel local durante un año fiscal.
Este es principalmente un síntoma de la lucha de la OCDE para lograr que 137 países acuerden nuevas reglas fiscales internacionales que evitarían la elusión fiscal, pero se está convirtiendo en un problema grave que podría complicar las cosas para las grandes corporaciones e incluso enviarlas por un camino donde Gastos de promotor, vendedor y publicidad.
En el caso de Apple, Amazon y Google, ya sucedió, y eso significa que estas empresas ahora están transfiriendo esos costos a los usuarios de sus plataformas.
De los países mencionados anteriormente, Francia en particular ha estado interesado en introducir un impuesto a los servicios digitales, que ha tenido a los gobiernos francés y estadounidense peleando por quién ejerce el mayor castigo fiscal.
El año pasado, la administración Trump prometió imponer un arancel del 100% a los productos franceses por valor de 2.400 millones de dólares, pero eso no ha sucedido hasta ahora.
Recientemente, Francia comenzó a notificar a gigantes tecnológicos como Google, Apple, Facebook y Amazon que comenzará a imponer un impuesto a los servicios digitales del 3% en 2021. Específicamente, los funcionarios les dijeron a estas empresas que tienen que pagar el impuesto adeudado sobre los ingresos de 2021, una perspectiva que sin duda será un shock.
En enero, el gobierno francés acordó suspender la recaudación del nuevo impuesto para darle a la OCDE tiempo suficiente para obtener un anteproyecto de la nueva legislación tributaria internacional. Sin embargo, Estados Unidos se retiró de las conversaciones de la OCDE en junio, lo que pudo haber enviado un mensaje equivocado en medio de una pandemia que ha puesto a las economías del mundo bajo una enorme presión.
Esto coincidió con los aumentos de las acciones de Big Tech que llevaron a valoraciones récord y a los multimillonarios de la tecnología que se volvieron significativamente más ricos. Un portavoz del Ministerio de Finanzas francés señaló que el país todavía está ansioso por “una solución internacional para que las empresas digitales paguen su parte justa de impuestos al igual que otras empresas”, pero no ve cómo podría materializarse en un futuro próximo.
El portavoz dijo al Financial Times que “no podemos esperar más y las empresas de tecnología son las grandes ganadoras de la pandemia. Su facturación está en auge y no han pagado los impuestos adecuados incluso antes de la pandemia”.
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